top of page
Buscar

Elijo Mi Paz, Aunque Venga Cargada de Muchas Despedidas

Elijo Mi Paz, Aunque Venga Cargada de Muchas Despedidas

Elegir nuestra paz es una decisión poderosa, pero también una de las más difíciles. Implica soltar, dejar atrás y despedirse de aquello que ya no nos aporta bienestar, aunque alguna vez significó mucho para nosotros. Relaciones, trabajos, amistades, e incluso versiones antiguas de nosotros mismos, pueden ser cargas que nos mantienen atrapados. ¿Cómo enfrentamos estas despedidas y, sobre todo, cómo las transformamos en un paso hacia nuestra paz mental?

Hoy quiero profundizar en este tema que nos toca a todos en algún momento de la vida. Porque despedirnos no es solo perder; también es abrir espacio para ganar algo nuevo, algo mejor, algo que nos alinee con quienes somos ahora.


¿Por Qué Nos Cuesta Tanto Soltar?

Una de las principales razones por las que nos cuesta despedirnos es el miedo. El miedo a lo desconocido, a lo que viene después, a equivocarnos. Este miedo no es solo emocional, también tiene raíces biológicas.

Cuando nos enfrentamos a una situación que implica cambio, nuestra amígdala, la parte del cerebro que procesa el miedo, se activa. Es su forma de protegernos del riesgo, aunque ese "riesgo" sea dejar una relación tóxica o un trabajo que nos drena. En contraste, nuestra corteza prefrontal, encargada de tomar decisiones racionales, puede verse superada por estas emociones intensas, dejándonos atrapados en un ciclo de dudas y parálisis.

Además, hay un componente social y cultural que refuerza esta dificultad. Nos enseñan a valorar la estabilidad, a mantenernos firmes y a "luchar por lo que queremos". Pero, ¿qué pasa cuando lo que queremos ya no nos hace bien?


Elegir la Paz: Un Acto de Amor Propio

Elegir nuestra paz es, en esencia, un acto de amor propio. Significa decirnos a nosotros mismos: "Merezco estar bien, aunque implique tomar decisiones difíciles". Esto no es egoísmo, como muchas veces nos hacen creer. Es priorizarnos para poder construir una vida que realmente nos haga felices.

La paz no siempre se encuentra en lo conocido. A veces, debemos crear espacio para ella soltando lo que nos limita.


Para ilustrar esto, quiero compartir la historia de Laura, una amiga cercana que vivió este dilema. Durante años estuvo en una relación que al principio fue su refugio, su alegría. Pero con el tiempo, las cosas cambiaron. Las discusiones eran constantes, la conexión que una vez compartieron se desvaneció, y Laura dejó de sentirse como ella misma.

Sabía que esa relación ya no la hacía feliz, pero no podía tomar la decisión de terminar. ¿Por qué? Porque se aferraba a los recuerdos del pasado, a los buenos momentos que habían compartido, a esa idea de "cómo deberían ser las cosas".

Este es un patrón muy común. Nos aferramos a lo que fue porque el presente duele y el futuro asusta. Sin embargo, al hacerlo, nos negamos la oportunidad de crecer.


¿Qué Te Está Robando la Paz?

En este punto, quiero invitarte a reflexionar:

  • ¿Qué te está quitando la paz en este momento?

  • ¿Por qué te cuesta despedirte de ello?

Tal vez sea una relación, un trabajo que no te llena, una amistad que ya no vibra contigo, o incluso un hábito o creencia sobre ti mismo que necesitas dejar atrás.

El primer paso para soltar es reconocer lo que estás sosteniendo y preguntarte si realmente te está aportando bienestar o si solo es una carga que llevas por inercia.


El Proceso de Despedirse

Despedirse de algo importante nunca será fácil. Es un duelo, y como tal, implica pasar por diferentes etapas: negación, tristeza, miedo, y eventualmente, aceptación.

Pero detrás de cada despedida hay una lección. Cada vez que soltamos algo que ya no nos sirve, aprendemos algo sobre nosotros mismos: nuestras fortalezas, nuestras prioridades, y lo que realmente importa.

Elegir nuestra paz no significa olvidar o ignorar lo que dejamos atrás. Es un proceso que incluye honrar el pasado, agradecer lo que fue y avanzar con la confianza de que algo mejor está por venir.


Cómo Facilitar el Proceso: Ejercicio Práctico

Despedirse no tiene que ser un salto al vacío. Hay formas de hacerlo más llevadero y menos abrumador. Este ejercicio está diseñado para ayudarte a conectar con tus emociones, procesarlas y tomar decisiones desde un lugar de amor propio.

Paso 1: Encuentra un Espacio Tranquilo

Busca un lugar donde puedas estar contigo mismo, sin distracciones. Siéntate cómodamente y respira profundamente varias veces. Permítete sentirte presente.

Paso 2: Visualiza la Despedida

Piensa en aquello de lo que necesitas despedirte. Visualiza cómo sería tu vida sin esa carga. Imagina el espacio que se abriría para nuevas oportunidades, relaciones o experiencias.

Paso 3: Escribe tus Pensamientos

Toma un cuaderno y escribe lo que sientes. Reflexiona sobre lo que te cuesta soltar, pero también sobre lo que podrías ganar al hacerlo. Escribir ayuda a procesar las emociones de una forma más clara y objetiva.

Paso 4: Refuerza tu Decisión con una Afirmación Positiva

Cierra el ejercicio repitiendo una frase que refuerce tu decisión. Por ejemplo: "Elijo mi paz porque merezco estar bien. Confío en que esta despedida me llevará a algo mejor".

Este simple ejercicio puede ser un ancla en momentos de incertidumbre. No se trata de eliminar el dolor de una despedida, sino de darle un propósito: priorizar tu bienestar.


El Poder de Soltar

Detrás de cada despedida hay una oportunidad para crecer. Cuando soltamos lo que nos pesa, abrimos espacio para cosas nuevas, alineadas con quienes somos en este momento.

Sí, el proceso puede ser solitario y doloroso al principio. Pero al otro lado de esa decisión está la paz que tanto buscamos. Cada paso que damos hacia ella, por pequeño que sea, nos acerca a una vida más plena y auténtica.

Pregúntate:

  • ¿Qué estoy sosteniendo que ya no me aporta paz?

  • ¿Qué puedo ganar al soltarlo?

Confía en que tu bienestar es una prioridad y en que cada despedida, por difícil que sea, te llevará a un lugar mejor.


La historia de Laura es solo un ejemplo, pero es un camino que todos podemos recorrer. Elegir nuestra paz no es fácil, pero es necesario. Cada vez que lo hacemos, nos damos la oportunidad de crecer, de encontrarnos y de construir una vida más alineada con quienes somos realmente.

Así que la próxima vez que te encuentres en una situación en la que sabes que algo ya no te aporta bienestar, recuerda: soltar no es perder; es ganar espacio para algo nuevo.

Si esta reflexión te ha resonado, no dudes en compartir tus pensamientos en los comentarios. Y si quieres más herramientas para vivir en equilibrio, escucha nuestro podcast "Equilibrio Perfecto" o suscríbete a nuestro blog. ¡Tu paz siempre vale la pena!

 
 
 

留言


bottom of page